JÓVENES Y VALORES

PROYECTO DE VIDA BASADO EN VALORES

En estos días gran parte de nuestros y nuestras jóvenes están terminando, o ya han terminado, de realizar los exámenes de la EVAU –la antigua Selectividad– y se encuentran a las puertas de unos estudios superiores que les llevarán a incorporarse al mundo laboral en un futuro no demasiado lejano. Es éste un momento de grandes ilusiones y alegrías por poder elegir la formación académica anhelada, pero también de frustraciones para quienes quedan fuera de la nota de corte que abre el camino hacia las carreras o grados deseados.

El sentido de la responsabilidad de los adultos, y de la sociedad en general, hacia estas nuevas generaciones debiera dirigirse no solamente a que adquieran los conocimientos necesarios para el desarrollo óptimo de su profesión, sino a garantizar una formación integral y de calidad que les lleve hacia su autorrealización más plena. Y con formación integral me refiero a todos aquellos aspectos educativos que, además de los aprendizajes especializados, complementan y completan a la persona. Una sociedad más madura, más comprometida, saludable y feliz pasa por que sus jóvenes lo sean así también, tanto durante su fase formativa como durante los primeros años de su vida laboral.

Colaborar en que los y las jóvenes adquieran herramientas que les ayuden a encontrar sentido a lo que son y hacen, es el mejor regalo que la sociedad puede hacerles en esa etapa de su vida. La formación especializada para su profesión es muy importante, pero no lo es menos el que sepan manejar herramientas internas que les orienten en momentos difíciles, en tomas de decisión cruciales, etc. Herramientas que les aporten apoyo para gestionar sus emociones y que actúen como una brújula en las encrucijadas que les pondrá la vida.

Entre esas herramientas, hay una que considero cada vez más fundamental y que, sin embargo, se conoce muy poco o que apenas se habla de ella: el proyecto personal de vida. Las nuevas generaciones de jóvenes, al igual que todas las anteriores, participarán en infinidad de proyectos desde el mismo momento en que se incorporen a su etapa laboral. Participarán, impulsarán, e incluso crearán nuevos proyectos. Y, la mayoría de las veces, será para terceros. Es importante, para que una sociedad avance, la implicación de sus ciudadanos y ciudadanas en la innovación y la creación de nuevas ideas que mejoren la vida de las personas y que sean compatibles con la salud de nuestro planeta. Pero cada vez se hace más básico y fundamental el que esta ciudadanía adquiera herramientas de autodesarrollo y autocuidado. Concretar nuestras prioridades fundamentales en un proyecto de vida personal y trabajarlas, hará que demos sentido a lo que somos y hacemos. Cuántas veces hemos podido oír a diferentes personas que no encuentran sentido a esta vida o que no encuentran sentido a lo que hacen, cuando de lo que se trata es de que cada cual le dé sentido a lo que es y a lo que hace. De esto se trata. Y no como un fin a alcanzar sino como el camino a recorrer.

¿Cómo crear y desarrollar un proyecto personal de vida? Los Valores nos aportan los componentes esenciales para esta herramienta. Identificar cuáles son los propios y fundamentales para la etapa de la vida en la que nos encontramos y aprender a trabajarlos y que ellos, a su vez, trabajen para nosotros, es el primer paso para crear nuestro proyecto de vida desde el que afrontar el resto de planes y proyectos a los que haremos frente después.

Divulgar este concepto y colaborar en su desarrollo es el empeño del Proyecto VALOR-ARTE y de su fundador: www.web1.generadordemarca.com

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